En Huánuco las mujeres vencen a la pobreza con granadilla y aguaymanto

“Tengo 400 plantones de granadilla en mi chacra. Ahora estoy cosechando cuatro cajones de granadilla cada quince días y los envío a Lima para que las vendan. Cada cajón cuesta 50 nuevos soles. Está comenzando a irme bien y más adelante la cantidad de frutas aumentará”, dice Vilma, madre de cinco hijos.

Vilma vende sus productos en el Mercado de Frutas de Lima, tiene 44 años y tres hijos en el Programa JUNTOS. “Estoy muy agradecida a JUNTOS por el apoyo que me está brindado, pero tengo que salir adelante porque el apoyo no va a ser para toda la vida”, dice con la seguridad de quien ha encontrado el camino del progreso.

Vilma recuerda que su prosperidad comenzó hace algunos años, cuando le pidió dos plantones de granadilla a una señora que vive en las alturas de Huaylla. Los primeros frutos le demostraron que la granadilla es una fruta muy dulce. Entonces decidió comprar más plantones utilizando parte del dinero que recibe cada dos meses de JUNTOS, Programa adscrito al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS).

Su entusiasmo contagió a su familia y pronto el cultivo de granadilla se convirtió en un emprendimiento familiar. Con el apoyo de todos pero sobre todo de su hijo mayor, Vilma habilitó la chacra que tiene alrededor de su casa. No tenía apoyo técnico pero su familia tenía mucha experiencia cultivando la tierra. “Así empezamos y ahora estamos ganando 500 nuevos soles en promedio”, afirma con orgullo.

Pero Vilma no solo se dedica al cultivo de la granadilla. También ha incursionado en el cultivo del aguaymanto, destinando otro sector de su chacra para su cultivo.

“Es un producto que comienza a tener mucha demanda en el mercado. Espero que me vaya bien. Confío que así será. Y si no es así, igual entro a otro negocio”, sostiene la usuarias de JUNTOS, cuyas cualidades personales y de liderazgo han hecho que otras madres también inicien actividades de esta naturaleza.