Amelia, cuando el emprendimiento vence a la pobreza


Interactuar con colaboradores del Programa Juntos, adscrito al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, posibilitó que Amelia Sifuentes Yábar, habitante del caserío Quinta Praga, en el distrito de Chinchao, identificara una oportunidad de negocio en el cultivo y procesamiento de una planta milenaria que cultivaba en su chacra: la yuca.

Amelia tiene 27 años, es usuaria de Juntos y tiene dos hijos en edad escolar: Yulisa y Antonio Lastra Sifuentes que cursan el tercer y quinto grado de primaria. Nunca ha sido suspendida del programa porque siempre ha cumplido con sus corresponsabilidades en salud y educación.

Su familia vive en Chinchao, pero por los caprichos de la geografía, les resulta más fácil estudiar al distrito de Churubamba, ambos distritos pertenecientes a la provincia de Huánuco.

Aprovechando el inicio de clases en el colegio Micaela Bastidas, del distrito de Churubamba, Amelia empezó a preparar mazamorra de yuca y a ofrecerla en recipientes plásticos. Resultó ser un éxito rotundo y los niños formaban cola para comprar su mazamorra y consumirla durante el recreo escolar.

Así comenzó un pequeño negocio que ha ido consolidando con el paso de las semanas. Ahora Amelia vende 30 raciones diarias en pequeños recipientes. Cada porción de mazamorra cuesta cincuenta céntimos por lo que cada día genera un total de 15 soles, de lunes a viernes.

La materia prima de la mazamorra de yuca está en la misma chacra de Amelia, a un kilómetro de su vivienda, donde también cultiva otras plantas aprovechando el microclima especial de la zona. Es por ello que para la elaboración de la mazamorra sólo necesita comprar azúcar y especias para dar el agradable sabor que encanta a los niños cuando las comen.

Con este pequeño negocio y cumpliendo todos los meses con las corresponsabilidades asumidas con el Programa, Amelia demuestra día a día que es posible salir de la pobreza.
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