La Navidad es por un lado una celebración religiosa, pero también es la época del año, en que dejamos un poco de lado las preocupaciones cotidianas, para reavivar el espíritu de solidaridad, de renacer en las buenas acciones, y hacer llegar a nuestros amigos, familiares y conocidos, nuestros mejores deseos.
Pero con la prisa del día a día, expresar los mejores deseos se vuelve a veces un monótono repetir la misma frase de de todos los años, que no refleja el verdadero espíritu de la época y lo que sentimos en nuestros corazones.
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