Publicado en el Diario Ahora el 16-07-2012
Yoel Ventura Rivera *
Este último viernes 13, quebrantando las malas supersticiones, los huanuqueños y huanuqueñas salimos por las calles de nuestra ciudad para hacer sentir nuestra actitud de disconformidad con la ignorancia, y rechazar el funcionamiento de un burdel cerca a nuestro patrimonio cultural, porque consideramos una afrenta a Huánuco, a su historia y su legado.Este viernes no fue un día más en Huánuco, fue un día diferente, donde los huanuqueños que conocemos y sabemos que somos herederos de un pasado poco igualado y conscientes de la responsabilidad de preservar ese legado, salimos cual leones que con estruendosos rugidos despertamos a los tres jircas que vigilan desde siempre nuestra hermosa ciudad, y ellos nos acompañaron para decirle a las autoridades incultas e ignorantes que no podemos aceptar que cerca a nuestro complejo arqueológico de Kotosh esté funcionando un burdel que afecta nuestra dignidad histórico y cultural.Pero no sólo afecta a la imagen de nuestro enigmático Kotosh, sino también que en estos burdeles muchos seres humanos son víctimas de las mafias de personas que trafican con personas, con la finalidad de explotarlas sexualmente. Como buenos huanuqueños y huanuqueñas, y más como seres humanos sensibles, debemos rechazar toda actividad que utilice a personas como objetos sexuales, afectando su dignidad, en este caso, de las mujeres.En cierta oportunidad nuestro destacado escritor huanuqueño Esteban Pavletich postuló una premisa afirmando que en Huánuco solamente se mueve el río Huallaga; estoy más que seguro que sí él hubiera visto lo sucedido este viernes en nuestra ciudad, quitaría lo afirmado, pues en esta movilización demostramos que en Huánuco también se mueven consciencias, se mueven huanuqueños y huanuqueñas que ejerciendo nuestra ciudadanía rechazamos todas aquellas acciones que atentan contra nuestro gran legado cultural e histórico que la heredamos de nuestros antepasados.Seguramente Koko Giles piensa que Kotosh es su chacra y por ende puede hacer lo que le da la gana en ella; se equivoca, Kotosh somos todos y todas, huanuqueños y no huanuqueños, y ese día cruzamos las manos en señal de unión e igualdad para rechazar el atentado cultural que sólo puede cometer alguien que no conoce el valor de Kotosh. La fuerza y el ímpetu de los jóvenes se mesclaron con la experiencia de los adultos para a una sola voz decir que Huánuco está despierto y que el “pillco mozo” no se queda de brazos cruzados cuando vulneran la dignidad de su pueblo.Ese día los huanuqueños y huanuqueñas tomando la premisa invocada por nuestros hermanos en 1812: “Pillcomasicuna: Juq umalla, juq callpalla, juq shongolla”, que quiere decir: “hermanos huanuqueños con un solo pensamiento, con una sola fuerza y un solo corazón”, en movilización pacifica salimos a rechazar las acciones indignas de autoridades incultas. No se olviden: ¡Huánuco se defiende!, ¡Kotosh se respeta!
* Yoel Ventura Rivera (22 años), es estudiante de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Huánuco. Un ciudadano común y silvestre.